"Nuestra mascota fallece"

***NUESTRA MASCOTA FALLECE***

Comparto este mensaje que fue enviado al grupo Aiboniteños en Yahoo donde Jaime es MODERADOR FUNDADOR.

Nuestra mascota falleció la noche del 1ero de agosto

Aibo era un perro sato que vino a mi cuido en marzo del 2002. En aquel entonces era un "puppy" de 3 meses y pertenecía a la viuda de un joyero de Cayey (ex-dueño de Mundo de Oro en Bayamón). La viuda iba a mudarse a un condominio en donde no le permitían mascotas y estaban considerando sacrificarlo juntos sus hermanitos y hermanitas ya que no sabían que hacer con ellos. Una estudiante unversitaria se dio a la tarea debuscarle hogares y estando yo en una conferencia en la Universidad Interamericana de Cupey la vi con una perrita peludita en el "lobby" y me estuvo curioso. Le pregunté sobre la perrita y me contó la historia. Le pedí su teléfono para coordinar e ir a ver los demás perritos. De visita en Aibonito llamé a la joven que residía en Cayey y coordiné para ir a ver los perros. Tan pronto llegué Aibo se me acercó y empezó a jugar conmigo... Estaba decidido, ese seria mi mascota. En el camino se mareo y me vomita en el carro. Al otro día me hace gracias por todo el apartamento. Al siguiente se trepa en mi "futton" lo orina y lo muerde hasta desgarrarle el cojín. Da mordeduras al marco del mueble dejando las marquitas de sus dientes. O sea que en esos primeros días me pasó por la piedra. Poco a poco lo fui amaestrando y enseñándole buenas costumbres. Por seis años fue mi fiel acompañante en mis caminatas matutinas y vespertinas. Era un perrito tranquilo que no ladraba durante el dia. Su comportamiento de adulto fue ideal: cariñoso, fiel y siempre contento de ver a su amo. Al poco tiempo le hice una página en el web:

http://netdial.caribe.net/~aibonito/aibo.htm

Nunca le había dado con mascar cables eléctricos. Sin embargo, en estos días pasados de bruma y lluvia, hubo muchos truenos y relámpagos que le daban pánico. Antenoche su ansiedad fue tal que tuve que moverlo del área del balcón donde solía quedarse al baño para que no escuchara los estruendos de los truenos. Cuando salimos anoche estaba tranquilo pero aparentemente volvieron los truenos y relámpagos y su ansiedad le llevó a mascar el cable de un abanico que le tenía cerca para días bien calurosos. El cable estaba bien mascado en varias áreas y de hecho al fallecer aun lo tenia en la boca. Tuve que partirlo para quitárselo y poder recoger al pobre animal que yacía inerte.
Esta mañana llamé al veterinario que solía atenderlo y me dijo que el podría coordinarle una incineración. Sonia y yo lo llevamos y nos despedimos del noble can.
Que en paz descanse nuestro perrito.
Jaime y Sonia.